"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 25 de mayo de 2017

"El placer de lo inesperado"



La vida en ocasiones nos sorprende siendo justa. Hay ocasiones en que, frente a lo evidente, se concatenan una serie de acontecimientos que hace que lo que uno (no debemos perder de vista tampoco que las cosas son blancas o negras dependiendo del prisma del que lo mira) se encuentra deseando y… ¡ plaf! ¡Concedido!
El júbilo en esas ocasiones es indescriptible, por supuesto.
Unas veces se trata de cosas importantes y otras de asuntos intrascendentes.
En estos días me han ocurrido algunas de ambos tipos: ganó la Liga el Real Madrid ( que bueno, bien) y venció Pedro frente a Susana ( que vale, genial, porque me han ahorrado la opción de abstenerme de votar en las siguientes elecciones) , pero aunque parezca una chorrada, una de las cosas que más feliz me ha hecho ha sido salirme con la mía en el festival de Eurovisión. Qué pavada ¿no? Pero es que Jose María Iñigo había comentado la semana anterior en la radio “Si tuviera que ganar la mejor canción, lo haría la de Portugal, pero claro, como esto es un festival...” - más o menos, dixit. Y resulta que me divierto con el concurso, me apunto las preferidas…- en mi casa pacense se hace todos los años y luego competimos en ver quien ha acertado más – y yo, dudando seriamente entre varios países del este, que por celebrarse en Ucrania resultaba obvio que podían salir… al final decidí que no, que iba a apostar por la canción que me había emocionado hasta la médula, por la belleza de un tema al que su interprete no ayudaba lo más mínimo, con ese aspecto demacrado y esa ropa cateta y encima usando su lengua nativa ( Lo tenía crudo frente al bombón de Israel, el de Suecia, los de Moldavia...o las esculturales chicas de otros países, que aquello parece un pasarela de modelos, como dice Pepa Fernández, en vez de un concurso de cantantes)
El caso es que me decanté y puse Number one a Salvador Sobral con su “Amar pelos dois”. ¡ Y lo imposible se realizó! Prácticamente todo el mundo votó lo mismo. Ni escenario super chuli, ni cuerpazos, ni bailes espectaculares...¡La sencillez de una canción salió vencedora!
Algo es algo; ¡seguimos teniendo motivos para la esperanza! Tonterías, pero me hace ilusión.

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