"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 5 de octubre de 2017

Desolación


Llevo dudando toda la semana acerca de si debía manifestarme o no en este blog acerca de mis sentimientos con respecto al TEMA de los últimos meses y he optado por un sí, porque dejando de dar la cara no ganamos nada y mostrando opiniones quizá ayudemos a otros a reflexionar.
Reconozco haber pasado por todas las etapas posibles: «dejemos que se expresen en libertad», «votemos todos los españoles y no solo ellos», «pues no señor, nada de referéndum, quién co... se han creído que son...» Y me he asustado viéndome al final pensando como una reaccionaria. Lo cual me ha llevado a darme cuenta de cuán manipulables llegamos a ser.
Se habla de continuo en los medios , y es cierto, la propaganda en uno u otro sentido nos afecta. Lo que Goebbels consiguió con el pueblo alemán a base de machacarles los oídos y la vista con odio, desinformación e insistencia terminó con seis millones de judíos asesinados. En España, podemos acabar con catalanes contra catalanes y con españoles contra catalanes en un odio sin cuartel que, no se nos debe olvidar, ya vivimos hace unas cuantas décadas.
La culpa de todo, no me cabe la menor duda, es de los políticos mediocres que tenemos, los que usan los medios para decir lo que muchos quieren oír y para no mojarse otros, en un ataque de cobardía inconcebible para los tiempos que corren. Señores, si fueran gente decente dimitirían todos, los de derechas y los de izquierda, sin distinción ninguna. TODOS.
Me cuesta aceptar que tengo que tragarme mi ira y asumir que TODOS tenemos que perder para que TODOS ganemos. Hay que dialogar. Con quien sea, como sea. Pero no podemos dilatar una situación tan peligrosa para los españoles. No podemos permitir que unos cuantos ( porque no son más) decidan por el resto de sus conciudadanos, pero estos tampoco pueden quedarse acobardados sin decir en voz alta «queremos ser España» Les toca un difícil papel,pero tendrán que mojarse más, puesto que si llegara a proclamarse una Cataluña Estado, serían ellos quienes perderían.
Los demás tendremos que agachar la cabeza y aceptar que tengan un referéndum; con garantías, eso sí, que voten los catalanes y decidan de una vez por todas sí o no, conociendo las consecuencias y aceptándolas.
Igual que el resto debemos entender que de nada vale contar con una Comunidad Autónoma más que se resiste a serlo, que se niega a serlo.
Llevamos demasiados años de tibieza. Démosle una solución ya. Ni victimas ni verdugos. Sólo ciudadanos de derecho.

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