"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 19 de octubre de 2017

LLuvia, bendita lluvia


Levanté los ojos al cielo y pedí un milagro. Mi esposo, mis hermanos, mis amigos….todos bomberos, todos luchando contra un fuego infernal que, mientras se llevaba por delante los maravillosos pastos, los arboles centenarios, los animales del bosque , provocaba una agonía en los corazones de quienes tenemos a seres amados luchando por sofocarlo.
Mi espíritu no es religioso pero hay momentos en los que elevas los ojos a lo alto y quieres creer, en Dios o en quien sea; necesitas que un ser superior te escuche, se apiade de tu angustia ...Y ruegas, y rezas...sea a Urano «hacedor de lluvia», a su equivalente romano Neptuno, a Dios, o la Virgen de la Cueva.
Levanté los ojos y pedí un milagro.
Y supe que los dioses – grandes o pequeños – a veces se apiadan de los insignificantes humanos.

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